miércoles, 19 de marzo de 2008

Garompol

Van dos noches que me cortan repentinamente el cable e internet. Escribo esto casi a modo de ensayo contra la ira (¿resultará?), aunque me estoy dando cuenta de que escribir estas cosas a veces la aplaca, pero a veces la despierta. Porque yo puedo escribir: “hace 25 minutos que estoy llamando al teléfono de Fibertel para preguntar por qué no tengo internet, pero me da ocupado. Nadie atiende ni en Fibertel, ni en Cablevisión ni en la reputísima madre que los parió”; y pensar: “claro, está lloviendo. Si está lloviendo es natural que se corte la señal del cable. Y claro, además andan mal los teléfonos, por eso da ocupado”; y aplacar la ira. Estilo Garompol, vio? Hay gente que es así, mi vecino del 8º es así. Tuvimos varios problemas con Internet, todos los vecinos del PH que teníamos conexión por Fibertel. Yo tenía ganas de ahorcar a alguien (si hubiera tenido adelante al imbécil que del otro lado del teléfono no paraba de decirme “señora, no puedo decirle más nada”…); mi vecino del 6º (más cabrón que yo, parece) directamente se dio de baja. Pero mi vecino del 8º, Saúl, decía: “qué te vas a calentar por eso, te gastás vos y a ellos no les hace ni mella, les da lo mismo”. Y me explica razonablemente que de estar enojada con los de Fibertel, voy a terminar además estando enojada con los de Telefónica”. Y es cierto, pero qué hacer?
Pero bueno, intento esto, que no alcanza, veremos qué más...

1 comentario:

Unknown dijo...

¡Sí!¡Sí!¡Sí!